Poema de una hot wife
Este pequeño poema en versa lo redacté hace tiempo, fue un pedido que me hizo una amiga basándome en las historias que ella misma me relató, éramos por entonces usuarios de un foro swinger. Sandra siempre será la hot wife más top que haya conocido.
Soy una putita deseosa,
tengo marido pero a él le gusta
que con otros sea ganosa
y para nada le asusta.
Su miembro es generoso
pero entiende perfectamente
que entre mas vergas es más sabroso
y así me pongo más caliente.
Anoche me puse un corto vestido con gran escote,
y salimos a un cercano concurrido bar
con mis senos apretados no hay quien no me note
un grupo cercano de hombres no paraba de mirar.
Quise elevar la temperatura
y bajo la mesa empecé a mi pareja su bulto masajear,
y aunque parecía una completa locura
en el bullicio a la distancia no dejaban de observar.
Abrí mis piernas apenas en la penumbra iluminadas
y ante nuestros observadores sedientos
dejé ver un poco de mis zonas depiladas
y ahora parecían lobos hambrientos.
Se acercaron de ellos dos tan guapos que no demore en mojarme
mi hombre fue al grano y les preguntó si disfrutaban la vista,
ellos por supuesto no demoraron en halagarme
y él les ofreció invitarme a bailar a la pista.
Pronto nos movíamos en un sándwich caliente
en la mitad yo gozaba con mis invitados,
y ya podía saborear en mi mente
sus miembros que bajo la ropa se sentían levantados.
Empezaron a susurrar cosas sucias deliciosas
las decían turnándose a mis oídos suavemente,
yo estaba a mil, mojada y deseosa
y les pregunté si querían probar mi cuerpo ardiente.
Me preguntaron si a mi acompañante no le importaba
respondí que tendríamos que preguntarle,
pero que si el desde la mesa con sonrisa nos miraba
es porque sabía que eso solía excitarle.
Volvimos a donde mi amado quien parecía contento,
le comenté mi idea para pasar la velada,
ellos esperaban una respuesta muy atentos
y noté que le excitó la idea en su mirada.
Mi pudiente esposo pagó las copas de los invitados,
y salimos del lugar a un exótico destino.
Llegamos a un lujoso lugar de amoblados
donde pedimos más champagne, whiskey y vino.
El se sentó y les ordenó pararse a la distancia,
jugaríamos al rol de la mujer del mafioso.
Si eran buenos guardaespaldas obtendrían su ganancia
que sería usarme para su objetivo lujurioso.
Mi maestro sexual tenía una regla acordada
aunque me compartiera con otros él daba las instrucciones,
yo contenta cuál sumisa obedecía encantada
y así no tendríamos diferencias ni discusiones.
Siguiendo sus palabras me acerque gateando a su silla
liberé su miembro al abrir la cremallera,
me senté abriendo mis piernas y rodillas
y en mi boca hasta el fondo la introduje entera.
Empecé a succionar con ganas y pasión,
el tomo mi cabeza y me empujo ninguna duda,
en sus gemidos podía sentir su excitación
mientras mi mamada se volvía cada vez más ruda.
En un momento me detuvo, me ordenó ir a recostarme,
y me pidió que les hiciera un show muy particular.
Acto seguido empecé a manosearme
mientras nuestros invitados se empezaron a masajear.
El les dio permiso de mostrarme sus erecciones
y devolverme una buena vista al mostrarme su sexualidad.
Yo observe contenta mientras sobaba mis pezones
y estimulaba mi sexo envuelto en la humedad.
Les hizo una seña y se acercaron animosos,
uno de ellos se lanzó a mis senos que estaban muy sensibles,
el otro su glande puso en mis labios deseosos
mientras mi marido observaba en la sombra apacible.
Pronto de mis senos bajo a mi intimidad,
mientras yo seguía succionando esa verga carnosa,
una lengua prodigiosa estimulaba mi cavidad
y mi maestro se masturbaba observando a su putita esposa.
La escena era sexual, cruda y muy morbosa,
y cuando sentí que me penetraron se puso más candente.
El que me lamía ahora follaba mi vagina lujuriosa
y mi marido se acercó caminando lentamente.
Su enorme miembro puso al otro lado de mi cara
ahora tenía dos enormes pollas para saborear a gusto
era perfecto para mi garganta avara
mientras no paraban de estimular mi busto.
Miré a mi hombre y le dije con puntualidad
que su pene en mi culo deseaba con locura.
Así que cambiamos posiciones con habilidad
y ahora sería follada con toda calentura.
El más joven de mi coño pasó a mi garganta salivosa,
mientras yo cabalgaba al otro bajo mío acostado,
mi marido mientras tanto el culo me destroza
seguro el edificio nuestros gemidos ya escuchado.
Los miembros en mi interior a veces se encontraban,
pues eran grandes y con entusiasmo me embestían.
Pero apenas podía gesticular cuánto me encantaba
porque el que se cogía mi garganta lo hacía sin modestia.
Entonces producto de su excitación descontrolada,
sentí como en mi boca brotó su manjar viscoso.
Yo saboreé todo como buena chica entrenada
y me deleité en su semen abundante y delicioso.
El apenas soportaba la estimulación adicional,
hasta que lo saqué de mi boca sin dejar el contacto visual.
Mi maestro empezó a encrudecer su trabajo anal,
y lo mismo hizo su colega vaginal.
El semen aún bajaba por mi boca
cuando sentí en mi cuerpo un leve espasmo
me recorrió una electricidad que me puso loca
y se desató en mí un increíble orgasmo.
Mis compañeros de faena lo notaron al instante
y poco pudieron hacer para controlar sus emisiones.
El que estaba bajo mío se corrió de manera fulminante
y mi marido en mi agujero lo hizo sin contemplaciones.
Me sentía invadida por el líquido varonil
que por todo mi cuerpo se había derramado.
Para agradecer los limpié con mi boca de manera gentil
pues con todo ese placer lo haría con agrado.
Algunas gotas aún brotaban de mis agujeros posteriores
cuando me arrodillé frente a sus vergas para mostrar agradecimiento.
Succioné hasta la última gota de mis calientes admiradores,
Para así dar final al emocionante y lujurioso evento.
La que no es puta no disfruta,
pero eso no es suficiente.
Se necesita un maestro y una sumisa astuta
que tengan buena química y una abierta mente.
Soy una putita deseosa,
tengo marido pero a él le gusta
que con otros sea ganosa
y para nada le asusta.
Su miembro es generoso
pero entiende perfectamente
que entre mas vergas es más sabroso
y así me pongo más caliente.
Anoche me puse un corto vestido con gran escote,
y salimos a un cercano concurrido bar
con mis senos apretados no hay quien no me note
un grupo cercano de hombres no paraba de mirar.
Quise elevar la temperatura
y bajo la mesa empecé a mi pareja su bulto masajear,
y aunque parecía una completa locura
en el bullicio a la distancia no dejaban de observar.
Abrí mis piernas apenas en la penumbra iluminadas
y ante nuestros observadores sedientos
dejé ver un poco de mis zonas depiladas
y ahora parecían lobos hambrientos.
Se acercaron de ellos dos tan guapos que no demore en mojarme
mi hombre fue al grano y les preguntó si disfrutaban la vista,
ellos por supuesto no demoraron en halagarme
y él les ofreció invitarme a bailar a la pista.
Pronto nos movíamos en un sándwich caliente
en la mitad yo gozaba con mis invitados,
y ya podía saborear en mi mente
sus miembros que bajo la ropa se sentían levantados.
Empezaron a susurrar cosas sucias deliciosas
las decían turnándose a mis oídos suavemente,
yo estaba a mil, mojada y deseosa
y les pregunté si querían probar mi cuerpo ardiente.
Me preguntaron si a mi acompañante no le importaba
respondí que tendríamos que preguntarle,
pero que si el desde la mesa con sonrisa nos miraba
es porque sabía que eso solía excitarle.
Volvimos a donde mi amado quien parecía contento,
le comenté mi idea para pasar la velada,
ellos esperaban una respuesta muy atentos
y noté que le excitó la idea en su mirada.
Mi pudiente esposo pagó las copas de los invitados,
y salimos del lugar a un exótico destino.
Llegamos a un lujoso lugar de amoblados
donde pedimos más champagne, whiskey y vino.
El se sentó y les ordenó pararse a la distancia,
jugaríamos al rol de la mujer del mafioso.
Si eran buenos guardaespaldas obtendrían su ganancia
que sería usarme para su objetivo lujurioso.
Mi maestro sexual tenía una regla acordada
aunque me compartiera con otros él daba las instrucciones,
yo contenta cuál sumisa obedecía encantada
y así no tendríamos diferencias ni discusiones.
Siguiendo sus palabras me acerque gateando a su silla
liberé su miembro al abrir la cremallera,
me senté abriendo mis piernas y rodillas
y en mi boca hasta el fondo la introduje entera.
Empecé a succionar con ganas y pasión,
el tomo mi cabeza y me empujo ninguna duda,
en sus gemidos podía sentir su excitación
mientras mi mamada se volvía cada vez más ruda.
En un momento me detuvo, me ordenó ir a recostarme,
y me pidió que les hiciera un show muy particular.
Acto seguido empecé a manosearme
mientras nuestros invitados se empezaron a masajear.
El les dio permiso de mostrarme sus erecciones
y devolverme una buena vista al mostrarme su sexualidad.
Yo observe contenta mientras sobaba mis pezones
y estimulaba mi sexo envuelto en la humedad.
Les hizo una seña y se acercaron animosos,
uno de ellos se lanzó a mis senos que estaban muy sensibles,
el otro su glande puso en mis labios deseosos
mientras mi marido observaba en la sombra apacible.
Pronto de mis senos bajo a mi intimidad,
mientras yo seguía succionando esa verga carnosa,
una lengua prodigiosa estimulaba mi cavidad
y mi maestro se masturbaba observando a su putita esposa.
La escena era sexual, cruda y muy morbosa,
y cuando sentí que me penetraron se puso más candente.
El que me lamía ahora follaba mi vagina lujuriosa
y mi marido se acercó caminando lentamente.
Su enorme miembro puso al otro lado de mi cara
ahora tenía dos enormes pollas para saborear a gusto
era perfecto para mi garganta avara
mientras no paraban de estimular mi busto.
Miré a mi hombre y le dije con puntualidad
que su pene en mi culo deseaba con locura.
Así que cambiamos posiciones con habilidad
y ahora sería follada con toda calentura.
El más joven de mi coño pasó a mi garganta salivosa,
mientras yo cabalgaba al otro bajo mío acostado,
mi marido mientras tanto el culo me destroza
seguro el edificio nuestros gemidos ya escuchado.
Los miembros en mi interior a veces se encontraban,
pues eran grandes y con entusiasmo me embestían.
Pero apenas podía gesticular cuánto me encantaba
porque el que se cogía mi garganta lo hacía sin modestia.
Entonces producto de su excitación descontrolada,
sentí como en mi boca brotó su manjar viscoso.
Yo saboreé todo como buena chica entrenada
y me deleité en su semen abundante y delicioso.
El apenas soportaba la estimulación adicional,
hasta que lo saqué de mi boca sin dejar el contacto visual.
Mi maestro empezó a encrudecer su trabajo anal,
y lo mismo hizo su colega vaginal.
El semen aún bajaba por mi boca
cuando sentí en mi cuerpo un leve espasmo
me recorrió una electricidad que me puso loca
y se desató en mí un increíble orgasmo.
Mis compañeros de faena lo notaron al instante
y poco pudieron hacer para controlar sus emisiones.
El que estaba bajo mío se corrió de manera fulminante
y mi marido en mi agujero lo hizo sin contemplaciones.
Me sentía invadida por el líquido varonil
que por todo mi cuerpo se había derramado.
Para agradecer los limpié con mi boca de manera gentil
pues con todo ese placer lo haría con agrado.
Algunas gotas aún brotaban de mis agujeros posteriores
cuando me arrodillé frente a sus vergas para mostrar agradecimiento.
Succioné hasta la última gota de mis calientes admiradores,
Para así dar final al emocionante y lujurioso evento.
La que no es puta no disfruta,
pero eso no es suficiente.
Se necesita un maestro y una sumisa astuta
que tengan buena química y una abierta mente.
4 months ago