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Anoche (primero parte)

Anoche (primero parte)

Anoche mi noche empezó el jueves cuando confirmé que anoche, sábado, a las ocho lo esperaría en mi casa y que pasaríamos juntos la noche hasta que sonara el despertador a las seis y medía y tuviera que irse a trabajar por más que fuera domingo por la mad**gada.

A las cuatro de la tarde tenía toda la casa ordenada y limpia para poder dedicar el resto a preparar el baño, la sala de masajes, la habitación y la cena

Nada tenía que quedar librado al azar y nada tenía que interrumpir lo que iba a hacer para que no solo no hubiera interrupciones, sino para que no se produjeran cortes en la espiral que quería que se desencadenara desde que llegara

Así pues ordené el baño ya que iba a ser el primer escenario de nuestro giro sexual

Quité todas las cosas que pudieran provocar imprevistos o infortunios, y fui dejando las sales del mar negro, los aceites de rosas y jazmines, las toallas blancas grandes y pequeñas, los albornoces de seda gris plata, las diferentes esponjas según su dureza, los guantes exfoliantes, el jabón en gel con aroma a jazmín y un toque de cítrico y las cremas hidratantes para el cuerpo lo suficientemente a mi alcance para poder ir utilizando cada cosa en su momento y sin necesidad de tener que desplazarme dentro del baño, sin más que con una extensión de mis brazos hacia uno u otro lado

Una vez que tuve claro que ya no faltaba nada, coloqué veinte cuencos de cristal opalino rojo, con veinte velas rojas. Solo quedaba llenar el jacuzzi con agua bien caliente media hora antes de que llegara, para que el baño se llenara de vapor.

Seguí con la sala de masajes. Allí coloqué sobre la camilla, unas toallas de terciopelo morado y protegí el apoyo de la cabeza con un cojín mas mullido y para que al apoyar se hundiera más profundamente su cabeza

En la consola de la parte derecha, preparé un cuenco grande con agua caliente, para humedecer las toallas que utilizaría. También deje preparado el aceite de almendra con escencia de eucaliptus, los inciensos de menta y eucaliptus, un cojín de semillas para apoyar sobre la cervicales, dos plumas de faisán, unas bolas del tamaño de pelotas de tenis pero rugosas, y unos guantes especiales que tienen en cada dedo tres bolas metálicas que giran cuando se hace el masaje y unos calentadores de pies y manos para que en ningún momento el cuerpo perdiera calor

Coloqué aquí también veinte cuencos de cristal rojo opalino, con sus respectivas velas rojas

Ya quedaba menos para terminar. La habitación, era lo que menos me preocupaba, porque por lo general la tengo siempre preparada a mi gusto, porque es allí donde paso las horas de relax, concentración o simplemente las horas de descanso

Puse las sabanas de satén blancas, seis cojines de distinto tamaño rectangulares, dos redondos, y uno muy largo y finito que da muchas posibilidades de uso según quien lo coja y para que lo coja

Preparé las tres lámparas con luces rojas, para ver cuanta cantidad de cuencos debía colocar para no pasarme de luz y comprobé que poniendo dos a cada lado de la cama, dos en la chaise longue, y tres sobre los espejos que dan sobre la cama era suficiente

Dejé oculto pero a buen resguardo cerveza en una cubitera porque era lo que me había pedido de beber durante la noche y también deje oculto pero al alcance de mi mano, todos los juguetes que quería utilizar según como se fuera desarrollando la noche

Tenía claro el desarrollo de la dos primeras partes del espiral (el baño y el masaje) pero el tercero ( la habitación) tenía que ser totalmente espontaneo. libre y sin tiempo prefijado, para que cuando finalizara se pudiera dar un rato de tiempo para cenar y generar cuarto y quinto giro

Así fue como con el baño, la sala de masajes y la habitación preparadas me dediqué a preparar los cuatro platos fríos para cenar.

Una ensalada capresse, un carpaccio de bresaola, unas tostadas con atún, huevo duro y rúcula y un poco de jamón serrano con queso masdam, serían mas que suficiente

Sabía que beberíamos vino blanco seco, así que coloqué dos botellas en el refrigerador

Postre había preparado, pero solo sacaría si cuando se lo ofreciera me lo solicitaba, sino prefería que la cena fuera justa pero no abundante.

Dejé preparada la mesa del comedor con todo puesto ya que no había necesidad de que el pasará por el salón o el comedor cuando entrara

Habíamos acordado que desde el set de filmación, vendría directo a mi casa. Sin ducharse y con un pequeño bolso con una muda de ropa para la mañana siguiente poder cambiarse de ropa

Entraría al palier de mi casa, yo recogería su abrigo y su bolso y lo guiaría hasta el vestidor de mi habitación donde podríamos dejar sus cosas y donde yo le vendaría los ojos antes de desnudarlo y comenzar nuestra noche de placer

Faltando media hora me di una ducha rápida en otro baño de mi casa, mientras se llenaba de agua caliente el jacuzzi del baño de mi habitación

Me vestí de camisa de seda negra opaca, pantalón de alpaca negra, zapatos acordonados negros, calcetines ejecutivos negros y muy altos y mi perfume preferido de Marc Jacob

Con todas las velas encendidas, la música de Philip Glass en todas las habitaciones, dieron las ocho de la noche y el timbre sonó

Abrí la puerta y allí estaba mi director de fotografía, con su metro setenta y seis. Su tez morena, su cuerpo redondeado pero no fibrado, trabajado con su personal training, su barba morena perfectamente cuidada, su sonrisa amplia y sus ojos tan negros como la noche más profunda que se avecinaba

Me entregó su abrigo y su bolso, y ya en el vestidor, cogí el antifaz de terciopelo negro que cubriría sus ojos para el resto de la noche

Le dije al oído de que no había nada de que dudar, ni tampoco nada de que hablar de momento

Sabía que juego quería yo en el baño y en la sala de masajes para ganarme su tranquilidad y su confianza

Quería que todas sus dudas se diluyeran en las primeras horas para que lo que luego surgiera fuera totalmente deliberado y sin conceptos establecidos a priori

Comencé por darle unos besos en el cuello antes de desvestirlo pudiendo notar su respiración anciosa e intranquila

Desabroché su camisa lentamente para volver a admirar su torso velludo moreno, sus pezones grandes y erguidos y su ombligo profundo y oscuro

Olí sus axilas que resumaban como el mejor roble de eslavonia de una bodega abandonada y guardé milímetro a milímetro aquella imagen que tenía frente a mis ojos.

Rocé con la yema de mis dedos sus pezones mientras suavemente pasaba sobre el vello de sus axilas mi lengua bajando en dirección a su ombligo para finalizar subiendo a sus pezones y darle pequeños mordiscos

Rocé con mi entre pierna, sus muslos y pude comprobar que sudaba debajo de su pantalón de forma copiosa

Me arrodillé frente a él, para quitarle los zapatos y luego me alcé para quitar el cinturón de su pantalón, para lentamente bajar su cremallera y de una sola vez dejarlo desnudo, solo con sus calcetines negros

Volví a arrodillarme frente a él, para quitarle los calcetines, alzando sus pies para apoyaros sobre mis piernas y así poder ver a pleno su rabo, sus huevos y la raja de su culo

Así arrodillado, erguí mi cabeza para colocar mi nariz en su entre pierna y poder perder la noción de realidad al embriagarme con su olor penetrante

Olor a hombre, olor a macho, olor de una intensidad a deseo tan extrema que solo podía provocar en mi una erección imposible de mantener dentro de mi pantalón

Pero no deseaba apartarme de mi guión, así que solo disfruté de la forma más excelsa que pude, para que mi memoria jamás me dejara olvidar ese momento, y enseguida me paré y lo ayudé a que entrara en el jacuzzí

Alzó un pie y una vez tuvo uno dentro del jacuzzí alzó el segundo. Una vez estuvo dentro, lo ayudé a que se fuera tumbando lentamente en el agua caliente. Estiré sus piernas y acomodé su cabeza para que se relajara

Tiré a los costados de su cuerpo, las sales que al contacto con el agua caliente desprendieron sus aromas y eso le arrancó su primer gesto de tranquilidad y de satisfacción

Me acerqué a sus labios que ya estaban abiertos y húmedos por el calor, y presionandolos suavemente sobre los míos le di un beso suave en señal de paz y confianza

Me aparte de forma sigilosa, me quité toda mi ropa y quede desnudo frente al jacuzzi mirando aquel efebo masculino

Ya en el borde externo del jacuzzi, comencé a agregar sales y aceites al agua caliente, y en una esponja suave de piel vertí gel de baño y comencé a enjabonar su torso con una mano y con la otra a acariciar su cuello en sentido ascendente hacia la barba de su cara

Rápidamente pude observar su erección. Apoye de forma sugerente sobre sus labios los míos y sentí su respiración jadeante y el sudor que corría sobre su frente

Enjaboné seguidamente sus brazos, para luego alzar delicadamente sus piernas y hacerme con el control de sus muslos para poder llegar hasta su raja sin que pudiera oponer resistencia

Sin tocarle el rabo erecto, enjaboné primero su muslo interior llegando a su nalga y entrando en su raja de forma fuerte y decidida

Rocé con mis dedos su ojete y pude comprobar que el agua caliente mas su excitación lo habían empezado a dilatar maravillosamente

Continúe con la otra pierna y centré mas mi atención en enjabonar su nalga y así poder jugar mas tiempo con su raja y su ojete. Mientras estaba en ello, acerque mi boca a su capullo que sobresalía del agua y en un movimiento rápido se lo empecé a chupar sin dejar de masajear con mis dedos y la esponja su culo

Coloqué sus piernas nuevamente en el agua, solté su rabo de mi boca y cogí bastante gel de baño para crear bastante espuma a su alrededor

Me aparté nuevamente del jacuzzi y dejé por unos minutos que en el silencio y en el calor humedo se relajara

Cuando regresé llevaba en mis manos colocadas dos guantes exfoliantes llenos de gel de baño. Entré en el jacuzzi y me senté de rodillas entre sus dos piernas

Comencé primero con una mano sobre su torax y otra en su espalda, luego con una de sus piernas y su cuello. Así fue exfoliando y activando toda su piel, mientras le hacia sentir mi rabo duro sobre su cara, sus tetas, o su entrepierna

Cuando terminé, cogí sin quitarme los guantes su rabo y comencé a mastubarlo con una mano y con la otra a refregarle su raja

Al insinuarle meterle un dedo en el culo pude disfrutar como bramaba y al segundo como toda su leche espesa saliendo a borbotones quedaban sobre mi cara y mi cuello como una pintura de Jackson Pollock

Sumergió su cabeza y su pelo liso moreno, mientras yo disfrutaba del ese sabor amargo intenso que se colaba entre mis labios

Dejé empezar que corriese el agua del jacuzzi, y al mismo tiempo abrí la regadera para darnos un baño breve los dos juntos

Sin quitarle el antifaz, lo duché y me duché

Cogí la toalla y sin secarme, lo sequé lentamente y rosandolo con mi cuerpo mojado y mi polla dura

Sin dejarlo salir del jacuzzi y casi secos los dos, lo obligué a que se girara

Ya de espaldas a mi, comencé a pasarle copiosamente crema por su espalda, para deslizarme hacia su torax y luego hacia sus piernas subiendo por sus muslos, cojiendole los huevos y el rabo, y regresando por su raja

Cuando ya con suficiente crema en su cuerpo pude incorporarme yo al jacuzzi, comencé a frotar con mi cuerpo su piel y sin soltarle con una mano el rabo y con la otra abriendole las piernas y su raja, lo penetré en una sola embestida

No pudo reaccionar. No pudo saber que esa iba a ser su primera penetración escandalosa y sin oponer el mas mínimo reparo o dedicación

Solo supo que tenía mis 21 cm dentro de su ojete cuando de su boca salió un grito agudo de placer

Grito que se transformó en jadeo cuando ya con el rabo dentro obligué a que se encorvara y en cuatro patas de pie, limé su ojete como si fuera la primera vez que se lo follaran

Mientras me movía sin contemplaciones me comía y mordía la mano que le había tendido sobre su boca

Con la izquierda cogía su rabo duro que con la crema se deslizaba sin oponer resistencia, masturbandolo para que largara su segunda eyaculación

Pude retrasar la mía al comprobar que una cantidad de precum se agregaba a mi mano que masturbaba su polla y sabiendo que en breve podiamos corrernos juntos

Cuando por unas contracciones de su ano, pude comprobar que ya estaba a punto de correrse, saque mi rabo de su culo y me corrí en su raja mientras veía como su leche pintaba el mármol calacata

Lo abracé fuerte por la espalda, para que sintiera mi rabo todavía duro

Abrí nuevamente la regadera con agua muy caliente, lo duche por segunda vez, lo sequé y lo coloqué la bata de seda gris plata








Published by mirador303
10 years ago
Comments
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SirLawrence23
SirLawrence23 9 years ago
Muy bueno. Y excitante
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Wet72 9 years ago
vaya morbo cabron!!
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ass_holee
ass_holee 9 years ago
Increíble relato.
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